jueves, 13 de enero de 2011

"Danza como colisión de fuerzas y construcción de territorio" Por Juan Fernando Mejía


Notas sobre BALDIO


cuando el cuerpo visible se enfrenta cual luchador a las potencias de lo invisible, no les da otra visibilidad que la suya.
Gilles Deleuze - Francis Bacon, Lógica de la Sensación

Próximamente en:
http://www.teatromayor.com/?pagina=obra&teatro=estudio&id=77

No existe la historia de colombia, no hacen sentido los temas habituales en las artes, en sus formas de lidiar con la violencia, con los rastros de la misma. Con sus deudos, sus víctimas, su duelos y su memoria. No se trata de relatos ni de causas, de conducir a la explicación, las paces o la responsabilidad. Las formas de la afirmación de la vida, las formas de la resistencia a la muerte se multiplican, el escenario es un ámbito en el que proliferan las fuerzas, los vectores se modifican entre sí gracias a sus coliciones, a sus superposiciones.

Un boxeador, percusión/respiración en el silencio;
el hombre de torzo desnudo, puños enfundados en guantes, un saco de golpear, detrás del cual, cuando la luz se hace más amplia, una mujer recibe, contiene, sufre los golpes.
El boxeador continuará sus golpes, su entrenamiento, su práctica de golpes y agilidad, su atletismo del ritmo y de las intensidades marcará la totalidad de esta experiencia. Cuando veámos, y cuando no veámos ya, cuando el foco vuelva del todo a él y su respiración sea replicada en la penumbra, el signo de sus pasiones y de su poder habrá cambiado. Tal vez se habrá invertido del todo: desde la agresión y la capacidad de herir, el boxeador llegará a convertirse en resistencia a la penumbra, en respiración a pesar de la muerte, tras experimentar entre tanto un número de transformaciones y afecciones que aún está por determinar.



Un bailarín pliega el cartón de una caja, su equipaje; el espacio de la danza no es aquel sobre el cual este cuerpo gravita y se dobla, el espacio es este cuadrado que el bailarín va doblando hasta hacer de él una caja, esta danza es portatil, es un equipaje que busca un lugar para establecerse, un sitio para estar, manteniendo a veces y renunciando a veces a la ilusión de que tal lugar sea por fin un sitio donde quedarse. Hay que contar con los baldíos, espacios vacíos que acogen provicionalmente a los errantes y, en muchos casos, terminan por volverse destinos, hogares, promesas sobre las cuales se construyen versiones del espacio que ya no lo es (baldío)

Mujeres visten trajes estampados, emergen con el calzado de tacón que amplifica sus pasos y crea ecos que se repiten, amplifican y resuenan (percusiones y feedback)

Dos hombres (¿dos? figuras humanas), se las arreglan para cargar consigo mismos, encuentran una manera de llevarse y disponerse, abarcarse, abarcar el espacio, o contenerse, llevarse a sí mismos: el cuerpo es su equipaje que puede extenderse como una estera, recogerse como un petate, en un rollo. Equipaje y lugar de paso.
Equipaje y prisa.
Equipaje e historia. Este ha tenido que marcharse justamente cuando … (y no hay que decir la hora ni el día, ni la fecha, sino un cuando, que dice la simultaneidad, esto es la intersección entre la historia de la huída y la vida en la que esa huída se hace obligatoria, necesaria)

A dónde? este lugar no es un lugar, es un baldío, es decir vacío y al mismo tiempo disponible, un lugar para conquistar o apropiar.
depronto, las presencias hacen la llanura, no por evocación ni semejanza: si hay signos son fuerzas, de labor, de trabajo, de ocio.

Un hombre lleva a cuestas una mujer.
Pendencias
Prendas. Lo que ha quedado en prenda y las prendas con las que nos hemos quedado.
Siempre hace calor en este rectángulo negro que recorremos y que se va poblando de reverberaciones.

El canto, canto de vaquería.
Labor.
Dos lados de la labor, ambos se han hecho danza, el bailarín es trabajador, el bailarín es támbién animal de labor, el bailarín/la bailarina es ganado y está acorralado, marcado y liberado


el baldio no es lugar originario, edén, tierra virgen
puede ser también tierra abandonada, dejada por uno y otro y otro, que se hacen muchedumbre, aluvión, una masa de cuerpos abrazados que una mujer arrastra
no necesariamente como el peso del recuerdo,
una mujer arrastrará esta masa de cuerpos que se abrazan y se empujan unos a otros, yacentes sí, pero palpitantes, esta mujer, vientre enchido, porvenir, naciente, exceso
llama, grita, declara, declama
abre la manada y enfrenta a la bestia (una bestia que le teme a ella mucho más de lo que ella le teme)

lo que llevamos y lo que tenemos que dejar
lo que nos rebasa y se queda, lo que nos rebasa y nos da campo
lo que nos supera en todas direcciones, lo inabarcable que todavía nos permite huir y soñar con un hogar. Una voz habla de construir mientras otras voces han hablado de la queja y del obstáculo.

Las voces dicen, ante todo con la velocidad
es una función similar a la que cumple el motivo del joropo que aparece con cada uno de sus instrumentos
la intensidad de las maracas
Tercreo Excluído ha vuelto sobre el motivo de la velocidad y lo que la velocidad hace con el cuerpo.

En un punto es claro que los bailarines han estado jugando en un estanque de fuerzas, atravesado por intensidades de muchos estilos, si fueran trayectorias atómicas, habría configuraciones, estabilizaciones, caudales y turbulencias.
El caudal se va haciendo unánime, un recorrido de muro a muro, dos recorridos y restan tantos, tres recorridos y restan tantos, hasta que solamente un átomo en equilibrio inestable sostiene una trayectoria a pesar de chocar y chocar.
Un átomo persiste en una trayectoria a pesar de que el caudal se hace unánime.

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